A partir de las siete y media de la mañana, el jueves 24 de marzo se empezaron a congregar en el salón de eventos del Hotel Marriot de Bogotá representantes de distintos sectores sociales (víctimas de violencia policial, representantes de organizaciones sociales, periodistas, organizaciones cooperantes, delegados de entidades del Estado y algunos representantes políticos) para discutir desde sus diferencias, el devenir de una reforma policial en el país, en lo que se denominó “Des [encuentro] policial: construcción de una reforma inaplazable”.
La organización del evento, liderada por Temblores ONG con el apoyo de Luminate, distribuyó cuatro mesas de diálogo sobre la reforma policial, cada una compuesta por diferentes sectores sociales y con perspectivas distintas sobre el pasado, presente y futuro de la institución policial en Colombia.
El evento inició con las palabras de bienvenida a cargo de Sebastían Lanz, co-director ejecutivo de Temblores ONG y las del presidente de Luminate Stephen King, quien recalcó la importancia y trascendencia del diálogo entre diferentes actores y del papel las que tienen las ONGs defensoras de derechos humanos en Colombia.
Después, María Alejandra Navarrete y Carlos Celis, moderadores del taller, dieron una breve reseña de la actividad a realizar. Explicaron que la división de las actividades se haría por dos bloques: en el primero, se discutirá la problemática en cuestión, en el segundo se propondrán las soluciones para la misma. Carlos empezó hablando de los aspectos/principios orientadores asegurándose de que el espacio fuera seguro para todas las personas participantes, después preguntó si antes de iniciar con el taller alguien quería agregar un principio orientador diferente a los ya propuestos. Hubo dos intervenciones:
Nury Rojas, madre de Angie Paola Baquero Rojas, víctima de la brutalidad policial en las protestas de septiembre de 2020, habló del respeto que las entidades estatales deben tener hacia las víctimas de violencia policial También realizó una crítica a quienes asistieron como representantes de la fuerza pública, diciendo que “no están las cabezas visibles, quienes dieron la orden de violentar a las personas durante el Paro Nacional, quienes han sufrido violencia”. Finalmente sentenció su participación expresando que “Acá en Colombia vale más un uniforme que las personas”.
Por su parte Luis Novoa, comisionado de derechos humanos para la Policía Nacional, expresó que esta es nueva instancia que la Policía ha creado como una respuesta a los trágicos sucesos vividos en la reciente coyuntura. Expresó que asistía a este espacio con el ánimo de escuchar y construir una Policía que garantice los derechos y las libertades de las personas, recalcando que lleva trabajando más de 25 años en temas de derechos humanos.
Alejandro Rodríguez, coordinador de la plataforma Grita en Temblores, hizo una breve presentación de lo que está haciendo la organización en materia de reforma policial. Inició expresando lo siguiente sobre la reforma policial: “Hay un punto en que la reforma policial ya no da espera, esto se ve por ejemplo con los números de favorabilidad con una institución como la policía, de percepción ciudadana, que muestran que ante los ojos de la ciudadanía la policía no tiene legitimidad”. En consonancia con lo anterior, también se refirió al Paro Agrario Nacional del 2013 como un punto clave en el desarrollo de las iniciativas sociales que impulsaron la discusión sobre una reforma policial en el país. Además, realizó un breve recuento de los informes, el desarrollo de los trabajos de Temblores en los sucesos del 9 de septiembre en 2020 y el Paro Nacional del 2019. Finalmente, hizo énfasis en la importancia del diálogo entre los distintos actores involucrados en la reforma policial reunidos en este encuentro:
“Creemos que este diálogo entre distintos sectores es fundamental para que haya más consenso en esta Reforma Policial y logre responder a la petición ciudadana, a la exigencia ciudadana que pedimos en las calles, en el paro, que no puede dar más espera, porque no queremos seguir haciendo informes en los que documentamos cómo hay violencia de parte del estado y cómo el estado está generando cada vez más víctimas”.
A continuación algunas de las principales reflexiones que se presentaron en las mesas de diálogo.
Mesa 1.
En primer lugar, frente a las emociones inspiradas por la idea de una reforma policial, se habló de expectativa, optimismo, receptividad y pasión, pero también de dolor, desconfianza e impotencia. Paralelamente, frente a las emociones que tiene la ciudadanía cuando piensa en la policía, se habló de rabia, dolor, desconfianza, miedo, incertidumbre, incapacidad, indiferencia, complicidad, ira, polarización, tristeza, pero también se reconoció que para algunas ciudadanías la Policía representa seguridad y confianza.
Posterior a esto, respecto a la pregunta “¿Qué aspectos son indispensables para una Reforma Policial en Colombia?” Se discutió sobre la necesidad de una transformación estructural no sólo dentro de la Policía sino en instancias superiores como el Ministerio de Defensa. Se habló sobre la importancia de un cambio de doctrina y de entrenamiento, entendiendo que la Policía no está por encima de la ciudadanía, de la misma manera, se planteó que se debe contar con mayor cualificación en derechos humanos y una profesionalización de los policías en consonancia con el contexto sociopolítico. Se estuvo de acuerdo con que el fuero penal militar debe desaparecer y la Policía debe trasladarse al Ministerio del Interior. También en la importancia de que la institución cuente con veedurías civiles externas y que la reforma policial tenga participación ciudadana diversa y vinculante, ya que no se puede tratar de una “auto-reforma”. Por otro lado, hubo una discusión frente a qué hacer con el ESMAD; algunas personas plantearon que se debía fortalecer, mientras que la mayoría de la mesa planteó la necesidad del desmonte. Finalmente, se hizo énfasis en la importancia de construir garantías de justicia, reparación (no sólo económica sino principalmente emocional) y no repetición para las víctimas de la violencia policial.
En un segundo momento, se discutió sobre las acciones adelantadas desde la institucionalidad para llevar a cabo la reforma policial. La mayoría de las personas expresaron su desconocimiento frente a lo realizado en la Mesa de Transformación Policial y comentaron que lo único que habían observado eran cambios cosméticos: cambios en el color del uniforme, en las comunicaciones, QR en el uniforme y mejores motos y camionetas; en ese sentido, estuvieron de acuerdo en que hacía falta mayor socialización de la Mesa.
Por parte de la Mesa se discutió lo que se está trabajando en procesos de educación por parte de comisiones externas, así como la presencia de otra comisión para verificar los estándares internacionales. También se comunicó la creación de un sistema de garantías para que la ciudadanía pueda conocer el estado de los procesos, y así mismo se está trabajando una comisión de depuración de la policía. Finalmente, en cuanto a las acciones ciudadanas que se han construido de cara a las problemáticas, se habló de las iniciativas de memoria, redes de apoyo, mesas de diálogo, murales, protestas y la creación de canales de comunicación seguros y efectivos para el cuidado mutuo.
Mesa 2.
En el primer bloque, la discusión de la mesa 3 fue acerca de los asuntos indispensables que debería tener un proceso de transformación o reforma policial. Se habló de seis componentes. En primer lugar, el tema de la doctrina y de las bases ideológicas de la Policía, donde los participantes hablaron de la necesidad de cambiar el carácter militar de la doctrina a una civil (en términos de estructura organizacional, jerarquía, identificación de enemigos internos, armamento y formación) y de la necesidad de, por un lado, construir una institución concebida desde enfoques diferenciales (género, clase, raza) y, por otro, de la importancia de la descentralización política y geográfica de la Policía. En segundo lugar, se discutió el componente de las condiciones laborales y psicosociales de los agentes de policía, dentro del cual hablaron sobre repensar la estructura y la jerarquía de la organización teniendo en cuenta la transversalidad de la clase y, por ende, de cambiar las brechas entre oficiales-suboficiales y campo-ciudad. Además, hablaron de abordar el debate sobre el libre desarrollo de la personalidad de los agentes dentro de una institución tan taxativa y uniformadora y de la posibilidad de la sindicalización de los policías.
En tercer lugar, la discusión giró en torno a la relación entre ciudadanía y Policía, donde se habló sobre la recuperación de confianza y empatía de la institución. El cuarto componente tuvo que ver con las formas de veeduría a la labor policial y sobre el acceso a la justicia de las víctimas, donde abordaron la importancia del control y el registro de casos por parte de organizaciones de la sociedad civil, la responsabilidad política de las autoridades civiles y de la veeduría ciudadana.
El quinto bloque giró alrededor de la formación y la capacitación de los agentes, basada en la garantía de los derechos humanos. Finalmente, el último componente fue el formal, donde debatieron sobre la participación vinculante de víctimas y ciudadanía en el proceso de reforma y en la veeduría de la labor policial. En cuanto a los elementos ausentes en el proceso de transformación actual, los participantes identificaron que, en su gran mayoría, tenían que ver con los componentes mencionados en el párrafo anterior.
Esto dio lugar a entender dicho proceso como cosmético e insuficiente. Frente a la discusión de las emociones alrededor de la Policía, surgió un primer grupo reiterado por los participantes, donde se encontraron: miedo, rabia, impotencia, dolor, angustia, desconfianza, rechazo, resentimiento, ira (rabia digna), odio, represión, incredulidad, zozobra e irrespeto. El segundo grupo, pensado desde sectores más privilegiados y conservadores, incluyó emociones como: agradecimiento, orgullo y respeto. Frente al debate sobre las apuestas institucionales para una reforma policial, los participantes identificaron los distintos proyectos de ley impulsados por el Gobierno y por sectores de oposición, al igual que algunos proyectos de acuerdo en el Concejo de Bogotá. Sobre estos, reconocieron una falencia común, relacionada con la falta de diálogo con amplios sectores y grupos de víctimas al igual, con organizaciones de la sociedad civil. Además, identificaron negligencia por parte de la Policía, al ver su proceso de transformación actual como suficiente para abordar las problemáticas, ignorando las críticas de varios agentes involucrados en el problema y su discusión. Así, reconocieron el proceso de transformación policial como un intento fallido para recuperar la confianza institucional. De parte del Ministerio de Defensa, identificaron su apuesta miope de no reconocer la profundidad y complejidad de la problemática, al nombrar en cargos de poder o ascender a responsables de actos de violencia y abuso policial.
Finalmente, resaltaron el papel ausente, silencioso e indiferente de las autoridades civiles locales frente al problema. En cuanto a las apuestas de la sociedad civil para lograr una reforma, los participantes resaltaron el papel de la protesta social y de la presión internacional. También, recalcaron la importancia de las articulaciones y procesos de base de movimientos feministas y LGBT para resistir a la violencia y para plantear estrategias de cuidado y autocuidado. Por último, hablaron del rol de las organizaciones sociales (y de la Academia) en el registro de casos, en el acompañamiento de víctimas y en la organización de eventos como el Tribunal popular por la reforma policial y otros encuentros de diálogo entre sectores de la sociedad y el Estado. Al final, derivado de la discusión anterior, los participantes se plantearon preguntas alrededor de la suficiencia de una reforma o de la posibilidad de la abolición, del uso de lenguajes innovadores y estratégicos sobre cómo transformar la institución y del cuestionamiento de nociones como autoridad y control, en contraste con otras como cuidado.
Mesa 3.
En el primer bloque, referente a las problematizaciones sobre la reforma policial, la mesa 4 respondió a las preguntas formuladas por los moderadores de la siguiente manera: En relación a las sensaciones/emociones que les generaba la idea de la reforma policial puede referirse una amalgama de sentires que orbitaba entre una emotividad cercana al optimismo, que entraba en tensión con otra caracterizada por la indignación la rabia y la tristeza; algunas de las sensaciones expresadas fueron la impotencia, tristeza, expectación, esperanza, indignación, conmoción.
En relación a los aspectos indispensables para una reforma policial, los participantes expresaron que se debían cambiar los comportamientos policivos bajo los que actúa la fuerza pública en el presente; también reconocían la importancia de la profesionalización de la policía; una reforma con un verdadero enfoque de género, que vaya más allá del aumento cuantitativo de mujeres en la institución, sino que se piense la noción de género en términos cualitativos y de construcción de nuevas subjetividades dentro de la entidad; también recalcaron que se debía promover una transición ideológica de la Doctrina de Seguridad Nacional, fundada en la construcción perpetua de un enemigo interno, a la de una Doctrina de Seguridad Humana; importante que también involucre en participación a todos los actores sociales y que se promueva un enfoque diferencial en relación a la diversidad contextual que existe en todas las regiones del país; también se habló de la necesaria constitución de veedurías sobre esta entidad, por ejemplo sobre el uso y la circulación del armamento que utilizan sus miembros.
Es importante recalcar que, en relación a la pregunta sobre qué ha quedado por fuera del plan de transformación, hubo varias dudas sobre el significado del plan de transformación. Sin embargo esta confusión no fue un impedimento para que se dieran grandes aportes. Entre varios aspectos se refirió la preponderancia que se debe dar a las víctimas, entendidas como sujetos constitutivos de una verdadera reforma policial; también expresaron que no existe un enfoque antipatriarcal que va más allá de la cuestión del género; otro punto es el rompimiento con la visión punitivista que ha preponderado en estas discusiones, dando paso a un enfoque de escucha.
Ahora, muy en sintonía con la pregunta sobre los sentires en relación a la noción de reforma policial, lo dicho por los participantes sobre las sensaciones que les generaba la palabra policía fueron las siguientes: ira, rabia, indignación, temor. Entre lo dicho por todos, Nury relató cómo se terminaron uniendo varias víctimas de sucesos de violencia del estado, como los sucesos de Soacha, el 9S o el asesinato de Dylan Cruz, para crear una plataforma/colectivo por la lucha de las víctimas: Colectivo 9 de septiembre.
Después del receso, de unos 15 minutos aproximadamente, se procedió a trabajar en el segundo bloque. La pregunta inicial a discutir en la mesa fue sobre las iniciativas estatales promovidas en materia de reforma policial; aunque se mencionaron algunas iniciativas, es importante recalcar el escepticismo de muchos de los participantes sobre este tema, ya que desconocían y cuestionaban los procesos llevados a cabo por el Estado. Sin embargo, estos fueron algunos de los aportes institucionales, más allá del Estado, que expresaron los participantes: las tutelas interpuestas ante las Corte Suprema de Justicia; acciones de congresistas encaminadas a una reforma en la policía; las formaciones en derechos humanos, que a pesar de ser carentes de un enfoque integral y transformador, son iniciativas incipientes; también se habló de la resolución 77 del 10 de junio de 2021, emitida por la Defensoría del Pueblo, cuyo eje es impartir medidas para que se garantice respeto a los derechos humanos en relación a las figuras del Traslado por Protección y la Asistencia Militar; también se refirió la importancia de los Gestores de Convivencia en el marco de las movilizaciones sociales. Hubo un aporte interesante de parte de dos familiares de víctimas de los sucesos del 9S, quienes afirmaron que las alcaldías locales en Bogotá ofrecen una beca de estudio todos los 9 de septiembre a quienes han sido víctimas de este evento.
Posteriormente se discutieron las iniciativas de la sociedad civil, en las que se mostró un panorama mucho más optimista y alentador. Se comentó acerca de la formación de organizaciones sociales que han creado formas de autogobierno y sobre la Mesa de Garantías para la Protesta Social. Otro aspecto fue el de los pliegos de peticiones del Paro Nacional del 2021, que fueron el resultado de un trabajo conjunto entre las bases sociales que se movilizaron; también, en el campo jurídico, se refirió el litigio estratégico; de la misma manera, se tocaron las acciones de memoria y resignificación de los espacios de violencia policial a partir de expresiones artísticas de colectivos de víctimas y sus familiares; se relató la trascendencia de ONGs/Medios alternativos/Misiones Internacionales, como Temblores o la Oreja Roja al momento de denunciar, estudiar y visibilizar el problema de la Reforma.
Titulares sobre la reforma policial en cinco años.
Después de realizada la discusión de este segundo bloque sobre iniciativas estatales y de la sociedad civil, se pasó a una plenaria en la que los moderadores preguntaron cuál sería el titular que los medios de comunicación que pondrían en relación a la Reforma Policial en cinco años. Las respuestas fueron muy dicientes:
Desmonte del ESMAD, armas de letalidad reducida han disminuído.
Ganó el pueblo: reforma policial para todas, todos y todes.
Pasa la reforma policial en trámite con el congreso.
Desmonte del ESMAD
La policía de manera admirable aplica los artículos 12 y 13 de la constitución-
Se cumplen cinco años sin que la policía mate a un manifestante.
La sangre derramada por aquellos que fueron víctimas de la violencia policial rindió frutos: hay reforma policial.
Por fin hubo justicia, verdad y reconocimiento con las personas heridas, desaparecidas y muertas.
Actividad final y cierre del encuentro.
Tras realizar algunos comentarios sobre cada titular, se procedió a realizar la última actividad del encuentro, nuevamente en cada una de las mesas organizadas. Se propuso discutir sobre tres temas con miras al futuro de la reforma: 1) Diez elementos indispensables que debe contener la reforma 2) Retos que se plantean y 3) Compromisos de cada participante con la Reforma Policial. Hecha la socialización de cada pregunta, pasadas las 12:30 del mediodía se dio por finalizado el Des(encuentro)policial.
Relatoría realizada por Daniel Sánchez.
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