El domingo 13 de septiembre de 2020, pocos días después de las marchas del 9 y 10 de septiembre, en un ejercicio académico del curso de fotoperiodismo de la Universidad de los Andes, una estudiante salió a realizar registros fotográficos sobre los nuevos protocolos de bioseguridad y su impacto en los restaurantes del barrio. Mientras tomaba fotos cerca de la Estación de Policía en la Carrera 5 con Calle 29, dos policías hombres y una mujer la abordaron de manera intimidante, acusándola de cometer un delito por fotografiar unos escudos que estaban manchados de pintura.
La estudiante fue ingresada a dicha Estación, donde fue sometida a prácticas crueles, inhumanas y degradantes contra su dignidad como persona, pues la obligaron a desnudarse en un baño con condiciones higiénicas precarias para requisarla y, una vez desnuda, la forzaron a realizar cuclillas mientras le gritaban “terrorista”, “guerrillera” y otras graves acusaciones.
Durante este procedimiento, los policías eliminaron fotos de su celular, incluyendo registros de la Plaza de Mercado de la Perseverancia y de los escudos policiales manchados de pintura. Aunque pudo recuperar las fotos gracias a la seguridad de su dispositivo, la experiencia fue profundamente perturbadora.
A pesar de la gravedad de los hechos denunciados por la víctima y de la existencia de múltiples elementos de prueba que indican a los posibles autores, que han sido allegados por Temblores ONG, la Fiscalía General de la Nación emitió una orden de archivo con una justificación vaga en la que establece la imposibilidad de individualizar o determinar la identidad de los posibles autores y las circunstancias de los delitos cometidos contra la integridad de la estudiante.
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