Juliana Higuera
Testimonio individual
En el marco del Paro Nacional, realicé esquema de derechos humanos en el territorio de Boyacá, principalmente en el municipio de Paipa, gestando labores de defensa antes, durante y después de las movilizaciones. En el momento previo a la protesta social, realizaba recomendaciones, espacios pedagógicos, construcción de analisis de riesgo, ubicaba puntos de encuentro y de evacuación en caso de represión estatal, entre otras funciones de coordinación permanente con el resto de la comisión de verificación de DDHH de Boyacá, conformada por compañerxs que se encontraban haciendo esquema y siendo punto de red en los demás municipios. En mi caso realicé este acompañamiento a la protesta social de manera individual en terreno en el municipio de Paipa y de manera colectiva mediante acompañamiento remoto por parte de lxs demás hacia mí y recíprocamente de mi hacia ellxs. Durante el desarrollo de las diferentes movilizaciones realizaba labores de observación, interlocución con las diferentes instituciones, las fuerzas represivas y con lxs manifestantes, así como verificación y documentación de las vulneraciones de derechos humanos. Todo lo anterior de la mano de un ejercicio constante de denuncia de la violencia policial y estatal en general, mediante mecanismos como las acciones urgentes, las alertas tempranas y las denuncias públicas las cuales generamos desde la CVI que teníamos a nivel departamental, la cual componiamos diferentes organizaciones de derechos humanos a nivel estudiantil, feminista, social y popular. En mi caso integraba la CVI desde el comité de DDHH de la UPTC (Universidad Pedagogica y Tecnologica de Colombia) y desde COSPACC, la corporación social para la asesoría y capacitación comunitaria (organización del centro oriente de Colombia). Posterior a las movilizaciones realizaba un proceso de sistematización de las vulneraciones de DDHH, enrutamiento de los casos según las necesidades y de acompañamiento a las víctimas de violencia policial. También asistía a los diferentes espacios institucionales y populares a denunciar las violencias perpetradas por la policía, a exigir garantías para la protesta social y para el derecho a defender a derechos.
Mi ejercicio de defensa de DDHH durante estos meses del estallido social estuvo atravesado por diferentes violencias patriarcales y estatales, todo esto al ser joven, mujer y mamá defensora de DDHH. Violencias generadas tanto por la policía, como por las instituciones, la administración de Paipa y los mismos manifestantes, teniendo en cuenta que dentro de los espacios de resistencia también se generan violencias y, para erradicarlas, es fundamental reconocerlas.
Debido a este ejercicio de acompañamiento y de denuncia durante el paro del 2021, fui objeto de amenazas por parte de la Policía Nacional. A partir de estos hechos sufrí hostigamiento, persecución, estigmatización, individualización y desconocimiento a mi labor como defensora de DDHH. Estas situaciones se decantaron en el montaje judicial que cursa en mi contra, ya que, tras meses de investigación criminalizando mi labor, me detuvieron y allanaron el 22 de noviembre de 2021 junto a 6 jóvenes de Paipa y Sogamoso. Me imputaron concierto para delinquir, fabricación de objetos/sustancias peligrosas y lanzamiento de objetos/sustancias peligrosas en calidad de determinadora y líder. A partir de este proceso estuve privada de la libertad durante 99 días, de los cuales estuve 15 días en una estación de policía y el resto de días en detención domiciliaria debido a que soy madre cabeza de familia. El 28 de febrero de 2022 nos revocaron la medida de aseguramiento y el próximo 16 de mayo tendremos audiencia preparatoria de juicio.
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