- 3233: Cuando la munición se dispara directamente contra personas, especialmente en trayectorias más planas y no parabólicas, pueden producirse lesiones graves o incluso la muerte. Esto se debe a la masa (205 gramos) y la velocidad del proyectil. - GL 203/T: Cuando la munición se dispara directamente contra personas , especialmente en trayectorias más planas y no parabólicas, pueden producirse lesiones graves o incluso la muerte. Esto se debe a la masa (180 gramos) y la velocidad del proyectil. Asimismo, la fabricante advierte que disparar directamente a las personas puede provocar lesiones graves o la muerte. - Estas municiones emiten una cantidad de irritante suficiente para contaminar una zona extensa. El uso en un espacio cerrado o el uso de múltiples municiones en un corto espacio de tiempo podría hacer que las personas se vieran expuestas a cantidades elevadas de irritante, lo que podría tener importantes repercusiones para la salud.

Los efectos de los dispositivos de proyectiles de descarga eléctrica varían en función de factores como el estado físico y la salud subyacente de la persona afectada (por ejemplo, un niño o una persona con problemas cardíacos) y de factores ambientales (por ejemplo, la humedad). Algunos estudios han detectado un riesgo de lesiones y complicaciones cardiacas, respiratorias y cerebrales, incluidos varios casos en los que se ha producido la muerte tras el uso del arma. La pérdida temporal del control muscular voluntario puede hacer que el objetivo se desplome sin poder protegerse. Las lesiones secundarias por desplome/caída pueden ser graves y potencialmente mortales, sobre todo si la persona afectada se encuentra en una posición elevada (por ejemplo, encima de un muro o de un vehículo). Otras lesiones derivadas del uso de armas de proyectiles de descarga eléctrica pueden incluir quemaduras, heridas punzantes y cicatrices o ronchas. Entre los ejemplos de uso inadecuado de las armas de proyectiles de descarga eléctrica se incluyen el uso prolongado, las descargas múltiples, las descargas en partes sensibles o inapropiadas del cuerpo, como la cabeza, el pecho y los genitales, y el uso en personas esposadas o sujetas por otros medios. El arma Taser 7 apagará su corriente eléctrica al cabo de cinco segundos, pero sólo si así lo ha configurado el organismo. Si no se activa la función de desconexión automática, es posible aplicar una descarga eléctrica prolongada que dure hasta que se agote la pila. En general, el uso de dispositivos de descarga eléctrica en modo de contacto directo es especialmente propenso a abusos.

"Apuntar a la cara o a la cabeza puede provocar la fractura del cráneo y lesiones cerebrales, daños en los ojos, incluida la ceguera permanente, e incluso la muerte. El disparo de proyectiles de impacto cinético desde el aire o desde una posición elevada, especialmente durante las reuniones, puede aumentar el riesgo de golpear a los manifestantes en la cabeza. Apuntar al torso puede causar daños a los órganos vitales y los proyectiles pueden penetrar en el cuerpo, especialmente cuando se disparan a corta distancia. El calibre y la velocidad de los proyectiles, así como los materiales de que están compuestos, también influirán en la probabilidad y la gravedad de las lesiones (...) . El disparo de proyectiles haciéndolos rebotar en el suelo causa un riesgo inaceptable de lesiones graves debido a la imprecisión resultante. " (Orientaciones de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos sobre el empleo de armas menos letales en el mantenimiento del orden. p. 41)

"Los golpes propinados con movimiento descendente sobre los huesos y articulaciones tienen un mayor riesgo de provocar dislocaciones, fracturas y lesiones en los tejidos blandos. Hay que evitar hincar o golpear el bastón contra el tórax, el cuello o la cabeza, ya que existe el riesgo de que se produzcan lesiones e incluso la ruptura de órganos vitales." (Orientaciones de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos sobre el empleo de armas menos letales en el mantenimiento del orden. p. 30) "No se debería utilizar el bastón para sujetar el cuello, ya que ello conlleva un riesgo especialmente elevado de provocar la muerte o lesiones graves por la compresión de grandes vasos sanguíneos o de las vías respiratorias. También existe el riesgo de provocar lesiones en la laringe, la tráquea y el hueso hioides." (Orientaciones de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos sobre el empleo de armas menos letales en el mantenimiento del orden. p 30).

"El disparo de múltiples proyectiles al mismo tiempo resulta impreciso y, en general, no puede cumplir con los principios de necesidad y proporcionalidad." (Orientaciones de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos sobre el empleo de armas menos letales en el mantenimiento del orden. p. 41) "Los proyectiles múltiples son inherentemente indiscriminados: no pueden apuntar a un solo individuo o a una sola parte del cuerpo, lo que resulta en lesiones excesivas para las personas a las que se apunta (cuando impactan en partes del cuerpo sensibles) y para transeúntes (cuando los proyectiles se dispersan hacia aquellos que no son el objetivo). Los resultados de nuestro análisis sugieren que estas armas son más peligrosas que los proyectiles individuales, y las restricciones sobre su uso deben ser uno de los primeros pasos para limitar el daño causado por los proyectiles de impacto cinético." (INCLO y Physicians for Human Rights. Lethal in Disguise 2: How Crowd-Control Weapons Impact Health and Human Rights. Kinetic Impact Projectiles. pp. 19-20. Traducción propia).

La elevada cadencia de tiro entraña el riesgo de que un agente de policía dispare múltiples proyectiles en un breve período de tiempo sin detenerse a reevaluar si sigue siendo necesario continuar disparando. Si un proyectil impacta en la cara, la cabeza o el cuello, la energía cinética del impacto puede causar lesiones graves, incluso la ceguera. El riesgo aumenta cuando se realiza el disparo a corta distancia. El agente químico causa dolor en los ojos, la piel y las vías respiratorias, y provoca tos, dificultad para respirar y lagrimeo. En algunos casos se han provocado quemaduras químicas, vómitos, reacción alérgica grave y formación de ampollas en la piel.

Cuando se lanza un cartucho de gas lacrimógeno directamente contra personas, especialmente en trayectorias más planas y no parabólicas, pueden producirse lesiones graves o incluso la muerte. Esto se debe a la masa (205 gramos) y la velocidad del proyectil. De manera general, el disparo de otros cartuchos a corta distancia o contra la cabeza o zonas sensibles del cuerpo puede provocar lesiones graves o la muerte.

La granada Multiimpacto tiene un alto grado de indiscriminalidad. Lo anterior debido a que al explotar y lanzar perdigones de goma estas pueden caer hacia muchas direcciones y por ende puede afectar a personas que no estaban cometiendo actos contra la convivencia. por lo tanto, carece de presición. Así mismo se han registrado casos de quemaduras en las partes inferiores del cuerpo que dejan cicatrices de por vida.

Como todos los dispositivos explosivos, el uso de las granadas aturdidoras conlleva el riesgo de lesiones por estallido. A medida que aumenta la proximidad de una persona o grupo de personas a la explosión, también aumenta el riesgo de lesiones graves o muerte. La onda expansiva primaria puede causar graves lesiones, por ejemplo, en el tímpano. La explosión y la fragmentación del artefacto también pueden provocar lesiones contusas y penetrantes. La altura a la que explotan las granadas aturdidoras es un factor que influye en las lesiones que pueden causar, debido a la proximidad de la explosión a órganos vitales y otras partes vulnerables del cuerpo. El riesgo disminuye cuando las granadas se hacen rodar por el suelo. Las granadas aturdidoras se queman extremadamente calientes, y el riesgo de incendio, inhalación de humo y quemaduras graves es mayor en espacios cerrados. El uso de granadas aturdidoras en el contexto de una manifestación puede provocar pánico y lesiones secundarias por caídas o aplastamientos.